Tener custodia significa estar encargado de alguien. Hay dos tipos de custodia: física y legal. Muchas veces, la misma persona tiene custodia física y legal—pero no siempre.
Custodia física es cuando un adulto tiene la responsabilidad de un niño y cuida del niño la mayoría del tiempo. Normalmente el niño vive con este adulto.
Custodia legal es cuando un adulto tiene la responsabilidad de tomar decisiones importantes – como decisiones de religión o tratamiento médico – sobre la vida del niño.